CENTENARIO DEL ORFEÓN DE GRAUS 1914-1918


CENTENARIO DEL ORFEÓN DE GRAUS 1914-1918

El Orfeón de Graus se creó en 1914. Por tanto se cumplen cien años de su existencia. Formaron parte de él más de 100 personas y fue todo un acontecimiento cultural y social para el Graus de la época. En este blog quiero recoger los acontecimientos más señalados de su historia, así como los del que fue su director Manuel Borguñó.

lunes, 17 de octubre de 2016

EL ORFEÓN EN BARCELONA VII

17 de octubre de 1916



REGRESO DEL ORFEÓN

El día 17 en cinco automóviles de la Hispano Alto Aragonesa arribaron a esta localidad los orfeonistas gradenses, siendo recibidos por un gentío grande que esperaba en la calle del Barranco.

Dirigiéndose al Ideal Cinema, en cuyo local el Presidente señor Castillón y los señores Falche y Pérez diéronles la bienvenida y la más cordial felicitación por los éxitos obtenidos en Barcelona.

Sea bienvenido nuestro Orfeón, y celebramos infinito hayan regresado todos los orfeonistas sin la menor novedad y sin haber ocurrido en el viaje el más pequeño incidente.

El Ribagorzano, 28 de octubre de 1916
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Ha llegado el Orfeón de Graus sin novedad. El pueblo de Graus le ha tributado un recibimiento brillantísimo dándose vivas a Barcelona, Aragón y Cataluña, al Orfeón de Graus y al maestro Borguñó, que fueron contestados delirantemente.

Acto seguido dirigióse la comitiva al Ideal Cinema, donde el presidente Señor Castillón, dedicó un caluroso elogio al admirable pueblo catalán y la conducta de los orfeonistas.

A continuación el orfeonista de la Junta, señor Falche, elogió a Barcelona y particularmente, a las señoritas Sazatornil y López, cuya ingenuidad y arte admirable tanto pueden contribuir con su ejemplo a moralizar la canción fácil española.

El doctor Pérez, hijo de Barcelona, en elocuente palabra felicitó al Orfeón, haciendo resaltar la importancia de la idea realizada en Barcelona por el Orfeón de Graus. Dedicó después un caluroso elogio a su director y fundador señor Borguñó, quien -dijo- con el poder mágico de su batuta supo fundir el alma aragonesa con el alma catalana.

La Vanguardia, 20 de octubre de 1916

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