LLEGADA DE UNA COMISIÓN
"Después de hacer una visita oficial los señores Presidente y Secretario de aquel importante Centro, D. Pascual Sayos y D. Manuel Bona, a las capitales de Aragón, con el objeto de invitar personalmente a las autoridades, prensa y Corporaciones de Zaragoza, Teruel y Huesca, llegaron dichos señores a esta villa, acompañados de nuestro querido paisano y contador de aquella Sociedad, D. Ramón Serena, el 29 de julio en el auto correo de Huesca.
El Orfeón de Graus hizo a tan dignísimos huéspedes un cariñoso y entusiasta recibimiento, saliendo a recibirles al puente de abajo todos los orfeonistas, su junta directiva y casi todo el vecindario de Graus, con el estandarte del Orfeón y la banda de música de esta localidad.
Entre vítores, y a los acordes del himno del Orfeón, cantado por los orfeonistas, fueron acompañados los ilustres viajeros en imponente manifestación hasta el Ideal Cinema, en donde fueron presentados por los señores Castillón y Gambón, dando las gracias al Orfeón y al pueblo de Graus por el grandioso recibimiento tributado a los señores Sayos y Bona.
Durante la cena, servida con el irreprochable gusto del acreditado Hotel Samblancat, punto de su alojamiento, fueron obsequiados los representantes del Centro Aragonés con una brillante serenata, cantándose en la jota, unas alusivas y aplaudidas coplas, con el castizo estilo en él peculiar, el simpático y popular orfeonista Antonio Baldellou.
El público que era numerosísimo e invadía la amplia calle del Barranco, adhiriéndose al homenaje de cariño y simpatía que a los distinguidoS huéspedes les tributaba el Orfeón y la villa de Graus, vitoreó y aclamó a nuestros visitantes.
EN EL IDEAL CINEMA
Brillante y hermoso estaba el elegante coliseo en la función de honor que dedicó el cuadro escénico del Orfeón a sus huéspedes.
Una estruendosa salva de aplausos estalló entusiasta al presentarse en el teatro los dignísimos representantes del Centro Aragonés de Barcelona, acompañados de la Junta del Orfeón.
Los aparecidos fue la obra representada por el simpático cuadro, en la que derrocharon actrices y actores la sal abundante que poseen.
Muy bien cantado el primer coro que fue aplaudido. El coro de viejas (vaya unas viejas, señores) con Crispulín, fue un primor de bien cantado. Allí se manifestaron las bellas coristas como artistas de mérito. López hizo un Crispulín gracioso y saleroso, como él sabe. El público deseaba que se hubiera repetido para saborear una vez más tan aplaudido número.
En el segundo cuadro, hizo Ruperto Sazatornil un comendador de cuerpo entero. Cantó muy bien y apreció el público su notable trabajo y se hermosa y bien timbrada voz, dando unas notas extensas y sonoras de gran efecto artístico. Fue muy aplaudido.
En el cuadro tercero recibieron una ovación Pepita Sazatornil, López y Ruperto, en el terceto, que aunque difícil, lo sacaron con todo el ajuste de artistas consumados.
Los demás números de la obra estuvieron también a igual altura, completando el agradable conjunto de la aplaudidísima zarzuela Los aparecidos. Era natural, tomando parte los señores Falche, Nadal, Lleida, Auset, Pera, etc., que son todos ellos, partes principales de la compañía orfeónica. Nuestro aplauso para todos.
Para final de velada fue, Terremoto. Pues verdadero terremoto se produce siempre que cantan tonadillas y duetos las gentiles señoritas Pepita Sazatornil, Conchita López, Pura Colón, Cecilia Egea y Amalia Castillón.
Y por último la apoteosis de la velada con los coros de Los africanistas (terceto), La Czarina, Los tenientes de Molinos de viento y La Marcha, de La marcha de Cádiz, por las señoritas antes citadas y con las simpáticas Carmen Burrel, Severiana Sopena y Elenita Sazatornil.
En suma, una velada archi, digna de los señores homenajeados, que salieron complacidísimos y satisfechos de la función."
El Ribagorzano, 4 de agosto de 1916.
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